Los sistemas de videoconferencia actuales tienden a la «endogamia», y no son capaces de interoperar entre ellos con normalidad. Sistemas propietarios y licencias tecnológicas, entre otros aspectos, imposibilitan la interoperabilidad, un gran reto todavía hoy para la videoconferencia. La búsqueda de una «llave maestra», un estándar que permita llamar desde un sistema y responder desde otro, es el gran reto pendiente.

Uno de los principales problemas para la interoperabilidad es que no todos los proveedores utilizan estándares abiertos de videoconferencia. Si uno desarrolla su propio estándar es imposible que los diferentes sistemas y soluciones de videoconferencia se «entiendan» y puedan trabajar juntos con normalidad y sin complicaciones, ofreciendo la máxima resolución, igual que cuando se utilizan sistemas propietarios.

Por otra parte, el entorno multidispositivo, al que tienden la mayor parte de las organizaciones, supone también un problema a la hora de que los sistemas de videoconferencia puedan utilizarse desde diferentes dispositivos, con diferentes características y requisitos de imagen, audio y datos. Nos encontramos con incompatibilidades que requieren de la transcodificación para poder adaptar la videoconferencia a las diferentes capacidades, tanto de los dispositivos como de las redes, cableadas e inalámbricas.

La solución más extendida para permitir la interoperabilidad entre diferentes sistemas de videoconferencia es la creación de una pasarela-gateway, capaz de solventar estos problemas a falta de un estándar abierto y normalizado. Mediante el uso de gateways de vídeo es posible transcodificar las secuencias de vídeo de los diferentes sistemas de videoconferencia, traduciendo tanto protocolos abiertos como propietarios. De esta forma, con una pasarela se puede crear un camino libre de obstáculos entre ambos extremos de la videoconferencia para voz, vídeo y datos; independientemente de los terminales utilizados.

Realmente crear una videoconferencia en la que participen diferentes miembros, desde trabajadores remotos, socios de otras empresas, clientes, colaboradores, etc. que utilizan diferentes sistemas de videoconferencia, no debería suponer tantos problemas de incompatibilidades, siempre y cuando estas soluciones utilicen todas estándares abiertos para todos los aspectos de la señal de vídeo. Pero la realidad es muy distinta, y la mayoría de los sistemas contienen estándares propietarios o licencias tecnológicas que impiden esta normalidad.

La búsqueda de un estándar abierto y normalizado que ponga fin a esta problemática es el «santo grial» de la videoconferencia. Mientras tanto, uno de los protocolos emergentes es H.264 Scalable Video Coding (SVC) que ya utilizan proveedores como Radvision (Avaya) con sus sistemas SCOPIA, o Vidyo. Ofrece una gran calidad de vídeo, aunque la red esté congestionada o haya retardo de la señal, a diferencia de H.264 con el que la calidad de vídeo se ve degradada ante estas situaciones. Sin embargo, todavía no es posible interoperar entre diferentes soluciones que utilicen H.264 SVC hasta que no haya una plena normalización de este protocolo.

Existen otras iniciativas como la de Polycom con H.264 High Profile, o Cisco con TIP (Protocolo de Interoperabilidad de Telepresencia), un protocolo libre de licencia diseñado específicamente para celebrar reuniones de telepresencia a partir de diferentes proveedores. Muchos tienen puesta la esperanza en H.265, en desarrollo por la UIT (Unión Internacional de Telecomunicaciones), pero su normalización todavía está lejos.

El consorcio de proveedores y vendedores, OVCC (Open Visual Communications Consortium), también está a la búsqueda de este «santo grial» con el desarrollo de especificaciones de interoperabilidad basadas en los estándares existentes en la industria.

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