No hacen falta muchos estudios -aunque los hay- para saber que el volumen, variedad y velocidad de información que viaja por la Red crece exponencialmente año a año. Esta coyuntura, denominada Big Data, plantea un importante dilema: ¿cómo capturar, almacenar, gestionar, analizar y aprovechar semejante avalancha de datos en las empresas?
Big Data, o supercomputación, es un nuevo concepto que representa la confluencia de diferentes tendencias dentro del universo digital: movilidad, redes sociales, aplicaciones, reducción de precios de banda ancha, Internet de las Cosas, cloud computing… que coinciden en generar un inmenso volumen y variedad de datos que se mueven a gran velocidad en tiempo real. Todo ello manifiesta la necesidad de un almacenamiento de datos inteligente que sea capaz, no solo de guardar y analizar esa gran cantidad de información, sino también de interceptar, combinar, administrar y gobernar los datos para conseguir generar valor para la empresa que represente una ventaja competitiva.
Más allá de los resultados del análisis y procesamiento de datos, big data implica también qué hacer con todo ello, para qué utilizarlo, de forma que sea provechoso y útil para la empresa. Las técnicas y estrategias big data permiten el desarrollo de nuevas ideas, mayor rapidez en la toma de decisiones, el replanteamiento de iniciativas empresariales, la identificación de problemas operativos, la racionalización de la cadena de suministros, el desarrollo e innovación de productos, servicios y modelos de negocio, o un mayor conocimiento de nuestros clientes, socios, operaciones y trabajadores. Todo ello nos da la oportunidad de disponer de un mayor conocimiento y entendimiento de nuestro propio negocio y el mercado, con una visión mucho más amplia que nos ofrezca una ventaja competitiva. En pocos años hemos pasado de la Era de la Información a la Era del Conocimiento, y éste es ahora el que marca la diferencia.
Big data afecta tanto a grandes empresas como a pymes porque con la competencia global no importa el tamaño de la compañía, hay qué saber lo que se cuece en el propio negocio y, en la medida de lo posible, poder prever lo que pasará para anticiparse a tus competidores. Para las pymes las soluciones en la nube de big data y la alianza con un socio de telecomunicaciones serán la puerta de entrada a esta tendencia. Ignorar esta nueva circunstancia puede suponer grandes riesgos puesto que:
- La variedad y complejidad de datos y fuentes puede llevar a la vulneración de determinadas normativas de seguridad y privacidad de datos.
- La voluminosa cantidad de información puede llevar a una confusión que nos impida ver las oportunidades y amenazas dentro y fuera de nuestro negocio, y perder así competitividad.
- La velocidad y flujo constante de datos en tiempo real puede afectar a las ventas y a la atención al cliente.
Toda esta información incluye correos electrónicos, vídeos, documentos, etiquetas RFID, conversaciones de social networking, redes de sensores y dispositivos, índices de búsqueda, condiciones ambientales, redes sociales, exploraciones médicas, información gubernamental, historial de pulsaciones, archivos de música, texto, transacciones online, incidencias telefónicas… y todo aquello que pueda ser digitalizado y transformado en datos. No es moco de pavo, no.
Las herramientas tradicionales de análisis de datos relacionales como ETL (Extract, Transform and Load), bases de datos y BI (Business Intelligence) se quedan cortas para abordar tan variada y desestructurada información, y es necesario implementarlas con técnicas capaces de procesar big data y extraer ventajas competitivas. Las soluciones comerciales son todavía incipientes y la mayoría de programas que se utilizan para el análisis de big data utilizan herramientas de código abierto como Hadoop de Apache, BigQuery de Google o Yahoo Genome. Se trata de frameworks preparados para el procesamiento intensivo de datos que utilizan otras compañías como IBM, Cloudera o Amazon (en el caso de Hadoop) para experimentar cómo almacenar, gestionar y analizar big data.
Sin embargo, para asimilar big data en nuestra empresa no basta con instalar un software, es necesario un cambio también en la cultura organizacional de la empresa y en su personal. Los datos corporativos ya no son responsabilidad exclusiva de un departamento, con big data todos los grupos de trabajo se ven implicados con el objetivo de que todos caminen en la misma senda y tengan la misma amplitud de miras que les permita sacar provecho de big data. Para ello es imprescindible una formación del personal en la utilización de las nuevas herramientas big data, así como estimular su imaginación para crear nuevas formas de combinar, recoger y tratar los datos para incrementar su productividad.
Y para datos…éste: según un informe de mayo de 2011 del McKinsey Global Institute, un minorista que maneja big data tiene el potencial para incrementar su márgen operativo en más de un 60%. Será cuestión de ir aplicándose el cuento o languidecer mientras los demás sacan partido de esta nueva macrotendencia.