Los sistemas inteligentes dan forma a tendencias como Big Data, las smart cities o la Internet de las Cosas, son lo que les dan sentido. Conceptos que hasta hace unos años resultaban algo abstractos y que hoy son una realidad palpable, aunque no nos percatemos de ello. ¿En qué consisten y cómo revolucionan el entorno empresarial y comercial?

Si os fijáis hoy casi todo lleva la coletilla smart o inteligente: teléfonos, sensores, vehículos, software, electrodomésticos, servidores, firewalls, switches, cámaras… con utilidades también inteligentes como la videovigilancia, la eficiencia energética, los procesos de negocio, la seguridad ciudadana, la gestión del tráfico, las comunicaciones… y la lista sigue creciendo. Pero, ¿de dónde sale tanta inteligencia dónde nunca ha habido? La respuesta está en la integración de las máquinas en sistemas inteligentes. Sobre ellos se cimenta el futuro de las ciudades, la sostenibilidad, la sanidad, la administración pública, la seguridad, el mundo empresarial y comercial… En resumen, de la mayor parte de nuestra vida cotidiana.

Las máquinas por sí solas no tienen ninguna inteligencia, la tendencia es hacerlas capaces de comunicarse entre ellas (M2M) mediante la conexión con tecnología IP (el protocolo de Internet) con la que los aparatos son capaces de interrelacionarse, por eso todo lo que lleva la coletilla IP acaba siendo inteligente, de ahí la gran importancia de las telecomunicaciones para recoger información de todo tipo sistemas y sensores. Ésta interconexión de objetos físicos en la red de información es lo que se denomina la Internet de las Cosas. En el caso de las empresas puede tratarse de dispositivos móviles, etiquetas de radio en los productos vendidos a los consumidores, los registros utilizados para registrar las ventas, sensores que pueden hacer de todo desde el seguimiento de los envíos hasta la construcción más eficiente de edificios… y todos los dispositivos que sirven de interfaz entre un proceso de negocio y un usuario.

Se convierten en participantes activos en los procesos de negocio creando un volumen de datos inmenso, Big Data, cuyo análisis tiene un valor desconocido hasta ahora. Su aprovechamiento inteligente genera ventajas competitivas que consisten en:

  • Ser capaces de predecir las necesidades de los consumidores
  • Mejorar la economía de la cadena de suministros
  • Adaptar prácticas comerciales a las preferencias del usuario y su comportamiento
  • Mejorar los procesos de negocio. Antes se utilizaban cuadros de mando confeccionados artesanalmente. Ahora se utilizan los mismos en tiempo real, mediante Business Intelligence (BI).
  • Ayudar a las empresas a posicionarse más efectivamente en el mercado.

Los sistemas inteligentes interconectan dispositivos inteligentes capaces de capturar datos que transmiten a un servidor o base de datos, para pasar después por un software analítico que se encarga de extraer el valor de la información para el negocio. Permiten a las organizaciones aumentar la eficiencia de los procesos de negocio y mejorar la satisfacción del cliente. Sus principales características son:

  • Identidad. Los sistemas inteligentes permiten la identificación de clientes y usuarios en el contexto de big data, con grandes volúmenes de información que hacen más compleja la identificación con los sistemas tradicionales. Incrementan la eficacia de la empresa y mejoran el servicio de atención al cliente.
  • Conectividad. Se vuelve bidireccional e interactiva.
  • Seguridad. Es un gran reto. El aumento de la conectividad de diferentes dispositivos con distintos sistemas de protección aumenta el coste y la dificultad de la seguridad.
  • Administración. Los sistemas inteligentes permiten gestionar y actualizar dispositivos y soluciones de forma remota. Favorecen la agilidad de la empresa. Facilitan la personalización a las necesidades de una organización o a las preferencias de los usuarios.
  • Experiencia de usuario. Las mejoras son elevadas y las posibilidades siguen creciendo junto a la evolución de los sistemas inteligentes. Nuevas capacidades de interacción del usuario y de captura de datos (incluyendo el tacto, el gesto, la voz, aunque en pruebas todavía) que se suman a big data y pueden ser accesibles a todo el sistema.
  • Análisis. Es la madre del cordero. Los sistemas de análisis que venimos utilizando hasta ahora no son capaces de hacer frente a los retos que plantean los sistemas inteligentes y big data. Las organizaciones deben considerar una nueva estrategia de análisis que va más allá de la información que habitualmente la empresa está acostumbrada a procesar. No hay que perder de vista que con la llegada de la computación en la nube, las empresas también pueden crear estrategias para almacenar y analizar big data, directamente desde los dispositivos inteligentes, para agilizar la toma de decisiones y reaccionar en tiempo real, al mismo tiempo que economizan en equipamiento.

Nos encontramos ya ante el cambio de paradigma en el ecosistema TIC que hemos conocido hasta el momento. Ahora las Tecnologías de la Información se convierten en inteligentes y, por tanto, todo nuestro entorno, aquel con el que interactuamos constantemente también cambia. Los sistemas inteligentes hacen posible esta transformación, de la que no está exenta ninguna organización o empresa.

La introducción de esta inteligencia en los procesos de negocio revoluciona las estrategias empresariales y comerciales con la base de la integración y la tecnología IP. Los despistados o aquellos que no quieran enfrentarse a todos estos cambios, lo más probable es que se queden en el camino.