Tras veinte años sin apenas cambios en las arquitecturas de redes telemáticas, la evolución e innovación tecnológicas están obligando a modificar su enfoque, centrado hasta ahora en el hardware. Su proceso de transformación, por el momento, tiene un doble protagonista: SDN y NFV. Dos tecnologías que cambian la perspectiva de las redes, con base en el software, para adaptarlas a las nuevas necesidades tecnológicas.
En los últimos años hemos asistido a una avalancha de innovación tecnológica de la que se desprenden tendencias ya imparables como la explosión de dispositivos con acceso a la red, la multiplicación exponencial de aplicaciones y servicios, el cloud computing, o el almacenamiento de grandes volúmenes de datos. Las cosas han cambiado considerablemente en pocos años.
Sin embargo, la morfología de las redes sigue siendo la misma, pero teniendo que soportar unas exigencias para las que no fueron diseñadas en su momento:
- Soportar el creciente tráfico de datos
- Satisfacer las necesidades de las nuevas tecnologías
- Permitir la rápida innovación de la redes
- Reducir costes
- Simplificar la gestión de red
De estas nuevas necesidades surge un nuevo concepto de red protagonizado, hasta la fecha, por dos tecnologías emergentes como SDN (Software-Defined Networking) y NFV (Network Functions Virtualization). Ambas, complementarias, alejan a las redes del hardware para centrarlas en el software, un enfoque más flexible y ágil para el diseño, desarrollo y gestión de las redes.
SDN (redes definidas por software) nace de la experimentación universitaria. Se caracteriza por separar la capa de control de la de datos, permitir un control centralizado, y por ofrecer la capacidad de programar y automatizar el comportamiento de la red.
De esta forma SDN consigue optimizar el uso de los recursos de red, aumentar su agilidad y flexibilidad, permitir la innovación y el dinamismo de las redes, además de reducir los gastos de capital y operativos.
Por su parte, NFV (virtualización de las funciones de red) surge de la iniciativa de algunos proveedores de servicios de red como AT & T, BT, China Mobile, Deutsche Telekom, entre otros. Permite implementar funciones de red mediante software, en lugar de hardware. A diferencia de la virtualización de red que virtualiza toda la red, NFV virtualiza sólo sus funciones sobre servidores, switches y/o dispositivos de almacenamiento.
De esta forma, si queremos implementar, por ejemplo, una función de cifrado de red, en lugar de hacerlo con un nuevo dispositivo de hardware, podremos hacerlo con un software de cifrado en el servidor o en el switch, desde cualquier lugar dentro de la red.
NFV reduce la dependencia de dispositivos de hardware, aumentando la escalabilidad y personalización de la red de forma que sea más fácil mejorarla. Al evitar el hardware consigue reducir tanto el espacio que éste ocupa como su consumo energético, además de reducir los costes de mantenimiento de la red y su hardware.
Tanto SDN como NFV son tecnologías aún embrionarias, pero representan el inicio de una nueva tendencia en networking, cuyo objetivo es, principalmente, adecuar la arquitectura de redes a las nuevas exigencias tecnológicas y las nuevas necesidades derivadas de la constante evolución tecnológica, simplificando la gestión de las redes. Todavía en pañales, sí, pero a las que no hay que perder de vista.
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