Llevaba mucho tiempo viendo ayudas y subvenciones para la Industria 4.0, y cada vez despertaba más mi curiosidad, así que me puse en contacto con mi buen amigo Ximo Carretero, y durante un café de 20 minutos me explicó de que iba todo aquello.
En los siguientes días acudí a unas presentaciones y ponencias de especialistas en la materia, y me quedó claro que no era humo lo que se estaba vendiendo, sino que se está intentando hacer que las empresas abran sus ojos ante la 4ª Revolución Industrial. (de ahí el 4.0)
En 1800 empezó la primera revolución industrial con la introducción de la máquina se movió la industria con esta fuerza motriz que llevó consigo muchos cambios tecnológicos, socioeconómicos y culturales, pasando de la agricultura y de la artesanía a la industria y produciéndose verdaderos éxodos rurales hacia las ciudades.
En 1900 le sucedió la segunda revolución industrial con la introducción de la electricidad, el petróleo, la química y el acero. Dando paso a una sociedad moderna con aviones, trenes, refrigeración, el teléfono, y superando la población de las metrópolis a las de las zonas rurales.
En 1964 apareció de las manos de Olivetti el primer ordenador personal, y desde entonces la potencia de computación ha crecido sin cesar tal como ya predijo Moore. (ver ley de Moore)
En 1969 apareció la primera versión de lo que ahora es Internet – entonces se llamó ARPANET-, y hasta 1995 no apareció en el mercado de forma comercial, con los primeros correos electrónicos, los primeros navegadores y buscadores.
Con la introducción de la informática en la industria en 1980 llegó la Tercera Revolución Industrial, apareciendo autómatas programables PLC de forma masiva y equipos que ayudaban a la fabricación, eliminando puestos de trabajos precarios y peligrosos.
La Industria 4.0 y la ciberseguridad
Y en 2015 nos encontramos en una 4ª Revolución Industrial, como una extensión de la 3ª, aprovechando las TIC en las industrias como un proceso de mejora continua, sensorizando todos los dispositivos/procesos – Internet of Things (IoT), obteniendo datos a los que hay que aplicar lógica para que se transformen en información, y transmitiendo esta información a plataformas (BigData) -en la nube privada o pública- en las cuales diversas personas o dispositivos se pueden suscribir para poder tomar acciones. Acciones que tarde o temprano serán sustituidas por máquinas en base a algoritmos de machine learning.
Es el momento en el que la persona debe pararse a pensar, decidir qué parámetros son los que afectan a su empresa, cuáles son las amenazas y oportunidades de la digitalización de todo contra lo que no podremos luchar, de la globalización, e introducir equipos de trabajo propios o externos de organización industrial, que decidan sobre qué aspectos incidir para personalizar los productos con los rápidos cambios e inversión que ello implica en la producción, y al mismo tiempo que se híperconectan todos los sensores y dispositivos para actuar de forma bidireccional.
Puesto que ya es todo digital, toda la información y los datos están en las redes, y con ellos se puede actuar. Ir pensando en las medidas de protección y ciberseguridad necesarias en las redes locales – en el interior de la empresa para evitar robos de datos, por virus, errores u ocasionados desde dentro a conciencia, cómo se conectan de forma segura los dispositivos y los nuevos elementos a las redes, qué dispositivo, quién lo usa, a qué horas, desde dónde, con qué aplicaciones, dónde puede llegar con ese dispositivo… estamos hablando de ciberseguridad.
Pero esta no se soluciona con la compra de un dispositivo y se deja caer, la ciberseguridad requiere una constante atención a nuevos agujeros, políticas de seguridad, modificaciones y mejoras que se tienen que ir comunicando al resto de los participantes en el proyecto empresarial para que actúen en consecuencia.
Bienvenido a la CUARTA REVOLUCION INDUSTRIAL. Si no te subes en ella, cuando te quieras dar cuenta ya será demasiado tarde, no estarás.