Nunca había sido más cierto este dicho, pero ahora no hace falta estar de cuerpo presente, basta con una mínima «inversión» para comprar una cámara IP, y un taladro para fijarla en el techo o en la pared. Y ya está.
Todo lo que ha traído el mundo de Internet (el mundo IP), es controlar todas las cosas mediante acceso a dispositivos con direcciones IP –control remoto, smart cities, videovigilancia… – Y sea cual sea tu actividad o tu perfil tecnológico, ahora tienes acceso a imágenes en tiempo real en tu empresa, grabaciones históricas (máx 30 días por ley), control de presencia y gestión de alertas.
Ahora puedes controlar desde cualquier lugar con acceso a Internet, grandes espacios – almacenes, aparcamientos, obras…-, tanto de día como de noche. ¿Utilidades? Tanto en el entorno doméstico, entorno empresarial, centros de control de tráfico, registro de infracciones, seguridad vial, seguridad ciudadana…
¿Ventajas de las cámaras IP? Al tratarse de cámaras que conectas en una red de datos, la puedes ubicar en cualquier lugar de la empresa que ya tenga una conexión a red de datos, y si son capaces de alimentarse a través de la misma red de datos, ya no hace falta ningún tipo de cableado. Por último, el sistema de videograbación no necesita una placa con tantos conectores como cámaras tengas, sino únicamente una tarjeta de red, por lo que los sistemas también son escalables.