Las consecuencias de una explosión en un servidor de centro de datos (CPD) provocada por un cortocircuito pueden ser más que desastrosas. Hasta el punto de provocar la muerte de empleados, arruinar completamente la reputación de una empresa o sucumbir ante demandas judiciales si no se toman serias y meticulosas medidas de prevención y contención de fallos eléctricos en la infraestructura.

La liberación de energía que se produce durante un fallo eléctrico cuando la corriente fluye a través del aire entre dos conductores el resultado es un cortocircuito. Y éste puede acabar en una potente explosión que conlleva un calor abrasador, la emanación de gases tóxicos, una luz cegadora, un ruido ensordecedor y oleadas masivas de presión. En resumidas cuentas, un panorama apocalíptico capaz de asolar toda una oficina. Las consecuencias humanas y financieras no son moco de pavo.

Consecuencias humanas. Van desde las lesiones leves hasta la muerte de empleados si no se utiliza la protección adecuada. Los trabajadores expuestos a estos cortocircuitos pueden sufrir quemaduras de tercer grado, pulmones colapsados, pérdida de visión, rotura de tímpano, heridas punzantes o incluso la muerte.

Consecuencias financieras. La ruina puede llegarle a un negocio que no ha tenido en cuenta en el diseño de su data center los riesgos de un cortocircuito y no ha implantado sistemas que eviten o mitiguen sus efectos en el servidor central. Una empresa puede llegar a arruinarse en este caso por culpa de:

  • El incremento en los costes médicos derivados de la cobertura de las lesiones de los empleados afectados por la explosión. Este hecho, a su vez, convierte a la empresa en dudosa para la compañía aseguradora que lo más probable es que aumente el precio de las tasas hasta que la empresa demuestre que cuenta con las medidas de seguridad apropiadas.
  • La empresa se expone a una oleada de demandas y multas procedentes de los trabajadores lesionados y la administración.
    La señalización de la zona del centro de datos es una de las principales medidas a adoptar, manteniendo al personal no especializado lejos del área de peligro establecida por la estrategia de seguridad.
  • Daños en la infraestructura y equipos TIC de la empresa. Los cortocircuitos pueden dañar gravemente o destruir cualquier servidor, bastidor, equipos de redes y unidades de distribución de energía que se encuentren en las inmediaciones. Además, el daño puede alcanzar también a los equipos eléctricos sensibles más alejados a causa de la condensación del humo de la explosión. Por último, el cortocircuito puede activar el sistema de supresión de incendios del CPD (Centro de procesamiento de datos) arruinando los recursos TIC de la oficina con el agua y la espuma.

Y, como una cadena de fichas de dominó, las consecuencias para el negocio derivadas de los efectos del cortocircuito acaban en retrasos y tiempo de inactividad rompiendo la continuidad del negocio durante horas, días o incluso semanas. Todo ello porque hay que esperar a que las organizaciones competentes o la aseguradora investiguen lo ocurrido antes de reparar los daños. Y no hay que olvidar el impacto moral en el seno de la empresa, entre los empleados que pueden por acabar considerando al centro de datos como un lugar peligroso para trabajar.

Para evitar o mitigar estos efectos es aconsejable seguir una estrategia con los siguientes pasos:

  1. Realizar un análisis de riesgos. Calcular cuánta energía podría liberar un cortocircuito en varios puntos a lo largo de la cadena de alimentación. En este cálculo es fundamental ser muy precisos por lo que se aconseja que se ocupe de ello un ingeniero de sistemas cualificado. Tras el análisis, y dependiendo de los resultados, hay que dotar al personal del data center del equipo de protección adecuado según los estándares (IEEE 1584 y NFPA 70E).
  2. Diseñar el centro de datos buscando la forma de reducir los posibles fallos en la corriente.
    Sin unas medidas de protección bien diseñadas el CPD puede convertirse en la «casa del terror» para empleados y aseguradoras.
  3. Realizar tareas de mantenimiento y limpieza. Si las consecuencias del cortocircuito las limitamos, serán menos graves. Para que sean más cortos hay que llevar a cabo limpieza en los CPD más frecuentemente.
  4. Tener la capacidad de realizar operaciones de forma remota. La monitorización remota del centro de datos y los sistemas de software de control y diagnóstico permiten reducir las visitas del equipo técnico de mantenimiento al área del data center y, por tanto, el riesgo de que los empleados sufran algún percance.
  5. Poder predecir y prevenir posibles fallos. Para ello hay que identificar los peligros de cortocircuito de la instalación y mantener alejado al personal todo lo posible del área del data center.
  6. Redirigir la explosión de energía. En el caso de que no se pueda evitar un cortocircuito la infraestructura debe estar diseñada de forma que la energía sobrante se canalice a una zona fuera del CPD.

La seguridad industrial es fundamental para la integridad del equipo humano y tecnológico de la empresa, así como para sus finanzas. Para un negocio es imprescindible imponer unas medidas de prevención y protección adecuadas a la peligrosidad de su infraestructura. Pero para que éstas sean eficaces la medida primordial es la concienciación y responsabilidad tanto de los empleados como del cuerpo directivo que deben seguir la pautas marcadas por la estrategia definida: equipos de protección, señalizaciones, monitorización, formación, etc.