La tableta electrónica ha tenido un largo recorrido desde la imaginación de autores de ciencia ficción en los 60 hasta hacerse realidad en la primera década del siglo XXI. Este mercado empieza a madurar y a pensar en las necesidades específicas del mundo corporativo. La competencia entre las empresas de hardware en este sentido se ha vuelto feroz en la pugna por convertirse en el dispositivo estrella móvil para las empresas.
La trayectoria de la tableta es más larga de lo que pueda parecer. Como otras tecnologías, en sus inicios era solo producto de la imaginación en historias de ciencia ficción por allá por los años 60, como la serie Star Trek o la película de Kubrick, 2001 Una Odisea en el espacio (1968). Años después, en 1972, Alan Kay lanzó una tableta con la intención de acercar la informática al público infantil, Dynabook. Pero no fue hasta 2001 cuando Microsoft lanzó su Tablet PC que la tableta empezó a dejar de ser un sueño y comenzó su verdadera evolución. El momento decisivo llegó con el iPad en 2010 y su posterior popularización. Desde ese instante el mercado de las tabletas no ha hecho otra cosa que ir creciendo exponencialmente con el desarrollo y mejora de los dispositivos.
Aunque Motorola, en uno de sus anuncios, cuenta una historia de la tableta que arranca en el Antiguo Egipto, y aprovecha para subrayar las deficiencias de tabletas de la competencia anteriores al producto que anuncia. Una publicidad que no pasa inadvertida y que arranca una sonrisa por su picardía.
Una promoción que pone de manifiesto la feroz competencia de este mercado que según la consultora Gartner ascenderá a 320 millones de unidades vendidas en 2015. Y que para 2013 prevé que el 80% de las empresas dispondrán de tabletas para sus trabajadores móviles.
La consumerización de las tabletas hace inevitable la adopción de estos aparatos en el entorno corporativo para reforzar la movilidad de sus trabajadores. La tableta aúna la comodidad y movilidad de los teléfonos inteligentes con una mayor potencia de procesador que permite realizar tareas propias de los ordenadores portátiles, siendo más económica y portable, además de ser más fácil de manejar y configurar:
- Agiliza la lectura y respuesta de correos electrónicos y el acceso al calendario
- Permite revisar y editar documentos corporativos
- Permite al usuario participar en el flujo de trabajo (workflow)
A su vez, como un smartphone, la tableta debe ser administrada por un sistema de Gestión de Dispositivos Móviles (MDM) para mejorar la seguridad y administración del dispositivo, así como el control de equipos BYOD sin el que pueden suponer un peligro para los datos corporativos. Cuestiones que hasta ahora preocupaban y dificultaban la plena adopción de estos aparatos móviles en el entorno empresarial. No nos cansaremos de aconsejar la creación de un plan de seguridad móvil que se incluya en las políticas de seguridad de la empresa y de seguir unas medidas de protección adecuadas.
Sin embargo, las necesidades específicas de las empresas van más allá del uso de la tableta como plataforma de consumo de medios de comunicación. Para el entorno corporativo las tabletas deben ser una potente plataforma informática móvil con las siguientes características:
- Debe garantizar la seguridad a través de la encriptación, autenticación, seguridad de red y conectividad VPN (habitualmente SSL, evitando instalar software cliente)
- Debe ofrecer un acceso rápido y sencillo a múltiples funciones de colaboración -comunicaciones de voz, videoconferencias, mensajería instantánea, correo electrónico, y creación de equipos virtuales a partir de un solo dispositivo-.
- Que permita la interoperabilidad con otros dispositivos del usuario y el aprovisionamiento para implementaciones.
- Que permita la interoperabilidad con soluciones de videoconferencia de múltiples proveedores, también con estándares como H.264.
- Que ofrezca un rendimiento de hardware sin compromisos con una capacidad de computación de gran alcance, para el consumo e intercambio de datos, y la creación y edición de contenidos, con el fin de ofrecer una experiencia de escritorio completa.
- Debe estar en la nube. El entorno virtualizado debe extenderse en la tableta y permitir el uso de la red para utilizar aplicaciones (SaaS) en cualquier momento y lugar.
- Debe ofrecer la versatilidad de un ordenador portátil en lo que respecta a multitarea y compatibilidad.
- Que permita una navegación sin restricciones ni limitaciones.
- Que permita una conectividad global (WIFI, 3G/4G).
Con el uso de las tabletas en el entorno corporativo está emergiendo un nuevo ecosistema móvil que impulsará nuevos modelos de negocio, nuevos canales de mercado y nuevas formas de colaboración. También surgen nuevos modelos de dispositivos híbridos (smartphone+tableta) –phablets– que están teniendo una amplia aceptación por el entorno corporativo con la aparición del Samsung Galaxy Note que ya tiene competencia con el LG Optimus Vu, y a la que se espera se unan otros fabricantes a corto plazo como Thomson, HTC o Panasonic.
La oferta de tabletas y phablets crece de forma espectacular al mismo tiempo que lo hace la competencia entre proveedores, lo que acelera la evolución y mejora de los dispositivos. Todo parece indicar, según los expertos, que las tabletas se incorporarán a los procesos comerciales al mismo nivel que anteriormente lo hicieron otros dispositivos móviles como los ordenadores portátiles, los netbooks o los smartphones. ¿Habrá escapatoria para alguna empresa, organización o institución?